mas cercana y acariciando sus hojas recordó una noche hacía ya varios años....
"Señor, mi hijo será un buen sirviente", indico la mujer con la mirada llena de tristeza, sabia que pronto se tendría que separar de su hijo de diez años, ya eran ocho bocas a alimentar y Kasfio era el mayor, sabia que si le mantenía a su lado al final su padre le haría ir al campo y se convertiría en otro cadáver en poco tiempo.
"¿Como te llamas hijo?", se acerco el viejo señor de Quintanar del Rey, espero paciente a que el muchacho tras mirar a su madre le contestara:
"Kasfio, milord", susurro mirando curioso a su interlocutor, el chico sabía que su madre esperaba que fuera capaz de llegar a la pubertad, el señor de las tierras siempre había proveído y se había ocupado de sus plebeyos o eso contaba su padre, sin embargo de un tiempo a esta parte las granjas eran saqueadas una y otra vez por los bandidos del estandarte de la calavera y la luna, los atacaban el los campos desprotegidos y los masacraban en las pequeñas aldea, su madre esperaba que allí en la fortaleza estuviera protegido.
"Muchacho", llamo el señor "¿que crees que puedes hacer en esta vieja fortaleza?", le miro tranquilo.
"Lo que se me ordene", indico levantando la cabeza y mirando directamente a su señor.
"Veo que tienes temperamento" señalo el viejo con una media sonrisa, "eso me dará problemas?", le pregunto directamente.
"Si lo que me ordenáis es justo yo os serviré", dijo el muchacho sinceramente.
El hombre le miro, le recordaba a su hijo muerto hacia ya varios años en una revuelta con los bandidos.
"Dejarle en las cocinas, que le den de cenar y le busquen una cama", señalo a su ayuda de cámara, "señora, su hijo estará bien aquí, se lo prometo", miro a la mujer que se despedía de su hijo con un abrazo y apenas conteniendo el llanto.
La mujer dejo marchar al chico, se volvió a su señor y con una inclinación agradeció el gesto, se volvió hacia la puerta y se alejo de la fortaleza con el corazón hecho trizas...pero sabiendo que su hijo aquí al menos tendría una oportunidad.
Kasfio se alejo del gran ventanal y tomo el vaso que algún criado le había dejado en la mesa....volvió su vista hacia el tapiz que coronaba la otra pared y miro al hombre que allí estaba plasmado.
"El muchacho es listo"dijo el caballero refiriéndose a Kasfio..."saco tres veces mas por la venta del grano"....el anciano miro orgulloso al chico, hacia cinco años que le había acogido en la fortaleza y cada tarea que le había impuesto había sido realizada con inteligencia y destreza.
"Chico!!, ven aquí", llamo al joven, "a partir de mañana quiero que saques tiempo para estar dos horas al día con mi escribano" le miro cuajando una idea en su mente.
Así comenzó la formación de Kasfio, esas dos horas fueron ampliándose hasta cuatro y fue dejando de hacer las tareas mas simples para comenzar a suplirlas con la formación de un guerrero, durante los ocho años siguientes su vida vago entre los libros, las armas y los largos paseos con su señor al atardecer, en ellos el viejo le hablaba de la tierra, de las estaciones y como cuidarla que se esperaba de un señor y que de un siervo, de las siembras y como dejar descansar la tierra o utilizar el alga marina que conseguía comerciando con un viejo amigo....conoció a los otros señores Arakim, Aclecio, Nasgul, Tanke, todos le trataron como a un igual nunca vio en su mirada ni en su manera de actuar ningún desprecio ni altivez......a veces durante épocas su señor le mandaba a pasar una temporada con ellos....pero de todos al que mas apreciaba era Arakim, cuando estaba con él solía llevarlo a los muelles para conocer las mercaderías que tipo de mercancía se intercambiaban...valoro el poder de las especias traídas desde los confines de la tierra....aprendió a reconocer a los comerciantes honestos y con él navego por primera vez....también fue él quién le animo a cortejar a su primer amor....aunque Arakim sabia que ella se enamoraba del que pusiera mas monedas en sus manos, también fue el que le consoló cuando lo descubrió.
Cuando volvía de estos encuentros con los viejos conocidos de su señor este le llamaba a su biblioteca y él le narraba todo lo que había aprendido y experimentado.
Pasaron otros tres años hasta que el señor de la fortaleza solicito la presencia de sus camaradas en la fortaleza y declaro sus intenciones...convoco a sus conocidos y ante ellos proclamo que sin familia sus tierras se perderían, sin señor sus siervos quedarían expuestos a los bandidos, pero que había encontrado a un descendiente al que legar su casa y sus tierras, cuando proclamo el nombre de Kasfio este le miro sin aliento.
"Hoy, delante de mis mas allegados amigos te proclamo mi hijo", se acerco a él, "estoy mayor y si no fuera por ti hacia mucho tiempo que hubiéramos perdido mas vidas por culpa de esos bandidos, pero tú los has mantenido a raya y ante tu insistencia en que todos aprendieran a defender estas tierras nos hemos vuelto mucho mas difíciles de asaltar", le miro con orgullo.
"Espero que aunque se que no soy tu padre me llames como tal, porque hoy yo te daré mi nombre y como mi hijo se te tratara", el anciano esperaba una respuesta pero Kasfio apenas podía hablar, un empujón le vino desde atrás.
"Vamos muchacho arranca"....le señalo Aclecio
"Le has dejado de piedra"....comenzó a carcajearse Tanke
"Yo, mi señor...", Kasfio miro con cariño al anciano que tanto le había dado y que tan solo pedía que le llamase padre, "mi señor, desde hace mucho tiempo os considero como un padre, me habéis dado todo cuanto poseo y habéis valorado mis acciones y mis consejos"....algo empaño su vista, todos callaron ante estas palabras,, "sera un honor llamaros con el nombre que os merecéis y con el cual ya os reconozco en mi corazón, será un orgullo representar vuestra casa, mi señor.... padre", el anciano abrazo a su nuevo hijo y levanto su copa hacia sus compañeros.
Kasfio levanto su vaso hacia el tapiz, tras esa noche dos años mas tarde les dejo tras un invierno largo y difícil, ese mismo año Arakim se fue a la mar y poco a poco los viejos compañeros de su señor fueron dejando sus fortalezas, pero pronto encontró a sus hermanos de armas, pronto entro en Rampagne y creció con ellos, aprendió y enseño....convirtiéndose así en uno de los señores de Saier....Kasfio miro como uno de sus criados iba encendiendo las velas alejando la oscuridad que comenzaba a instalarse en la habitación y tomo la misiva que le habían entregado esa misma mañana...era de Arakim, ¿que tramaba ese viejo bribón?.....volvió a leer la nota "Esta noche, te necesito"....y Kasfio mirando hacía la ultima luz del atardecer no pensaba faltar, seguro que lo que le proponía seria interesante y una leve sonrisa curvo su boca.
2 comentarios:
asi que me he ido al mar ,,caramba , tendre que aprender a ser navegante .,,jajajaj,,,bien , bien
enlaza con la crónicas del reino, (Venganza Reflexiones I)
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